jueves, 27 de marzo de 2008

EL MIEDO Y EL INSTINTO DE CONSERVACIÓN

El practicante de Artes Marciales, se enfrenta muy pronto a un problema crucial: EL MIEDO. Los combates de entrenamientos, aunque sean amistosos, no son por ello menos arriesgados. El que ya ha recibido algunos golpes, siente una aprehensión, un temor cuyos efectos son paralizantes: el cuerpo se crispa, la energía interna no circula, las reacciones son incontroladas. Preso de esta emoción negativa, no es posible ver claramente la situación y por lo tanto de enfrentarse a ella de una manera adecuada. En caso de peligro real, las consecuencias pueden ser dramáticas. En tanto que el miedo se ampara de un hombre, este no puede acceder a la verdadera maestría. Liberarse del miedo es una etapa decisiva.

El SAMURAIJ cuyo destino era arriesgar su vida cotidianamente, debía encontrar con rapidez una solución a este problema. Es por lo que el General KENSHIN, adepto al ZEN, tenia la costumbre de decir a sus hombres: -Id al combate firmemente convencidos de conseguir la victoria, y volveréis a vuestras casas sanos y salvos. Combatid completamente decididos a morir y viviréis, ya que los que se aferran a la vida mueren y los que desafían a la muerte viven.

Una máxima del JIU JITSU, expresa la misma idea en otros términos: "Para el que se aferra, la caída llega, pero el que no se aferra no teme ninguna caída". Fácil de decir. ..pero cuán difícil de realizar. Sin embargo, parece que en los casos desesperados, cuando la vida está en juego, el hombre es capaz de cosas sorprendentes. El hombre ordinario utiliza muy poco sus potencialidades en la vida corriente, pero de cara a un peligro repentino reacciona con una fuerza o una velocidad insospechadas.

Un viejo senil da un salto prodigioso, cuando está a punto de ser aplastado. ..Una mujer consigue levantar un peso enorme para salvar a su hijo. ..etc. A esto se llama "INSTINTO DE CONSERVACION". Pero una vez que el peligro ha pasado, la personalidad ordinaria vuelve a tomar sus "derechos" .El miedo aparecerá de nuevo, a menudo sin ningún motivo real. El hombre vuelve a encontrarse con este problema allí donde lo ha dejado y no es capaz de enfrentarse a él, ya que no puede suscitar con su voluntad su "INSTINTO DE CONSERVACION" .

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